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Las piezas de la herencia: Un dispositivo de codificación del número de cuartetas proféticas
por Patrice Guinard

-- traducción Pía Urruzuno --

 

Nota: Este artículo prolonga mis precedentes textos relativos al Testamento de Nostradamus, y su lectura es indispensable para comprender éste, así como el artículo de Daniel Ruzo (1962), reproducido en facsímil en la 26a edición de CURA.

Poco tiempo antes de su deceso, Nostradamus declara disponer de la suma de 3444 escudos y 10 sueldos (Cf. Testamento, 24): los cuales ha exhibido y mostrado realmente en presencia de los testigos más adelante nombrados en las monedas especificadas como sigue: primeramente en treinta y seis nobles a la rosa (valiendo once florines pieza), ducados simples ciento uno, angelotes setenta y nueve, dobles ducados ciento veintiséis, escudos viejos cuatro, leones de oro en forma de escudos viejos dos, un escudo del rey Luis, una medalla de oro valiendo dos escudos, florines de Alemania ocho, imperiales diez, marionetas diecisiete, medios escudos sol ocho, escudos sol mil cuatrocientos diecinueve, escudos pistolas mil doscientos, tres piezas de oro dichas portuguesas valiendo treinta y seis escudos (pistolas).

Tal enumeración de monedas diversas no puede más que sorprender al lector: 1200 escudos pistola fueron contados, pero también -- precisamente -- 1419 escudos sol (no 1420) y 101 ducados!. Estos números, como lo ha mostrado parcialmente Ruzo, en su artículo de 1962 y luego en su obra de 1975, se refieren a los recuentos de cuartetas aparecidas en las ediciones sucesivas de su obra profética.

36 nobles a la rosa
101 ducados
79 angelotes
126 dobles ducados
4 viejos escudos
2 leones de oro en forma de viejos escudos
1 escudo del rey Luis
1 medalla de oro con valor de 2 escudos
8 florines de Alemania
10 imperiales
17 marionetas
8 medio escudos sol
1419 escudos sol
1200 escudos
3 portuguesas con valor de 36 escudos
 

Además de la heterogeneidad de estos números, mi atención fue atraída por las equivalencias dadas por Nostradamus, a saber los 36 nobles a la rosa (con valor de 11 florines cada una, mención tachada del registro 675), la medalla de oro con valor de 2 escudos, y las 3 portuguesas con valor global de 36 escudos.

Los 101 ducados y los 126 dobles ducados se refieren inmediatamente a las 353 cuartetas de la primera edición, aparecida en Macé Bonhomme en 1555 (101 + 126 + 126 + = 353), y los 1200 escudos pistolas a las 300 nuevas cuartetas o 1200 decasílabos de las terceras ediciones (1568), como lo notó Ruzo (1962), p.77-78). Los 1419 escudos sol deberían simbolizar las 286 o 289 nuevas cuartetas de las segundas ediciones (1557), y el resto de las piezas, de 11 clases diferentes, las cuartetas de los almanaques. Estas últimas hacían en efecto un total de 169 piezas (= 36 + 79 + 4 + 2 + 1 + 1 + 8 + 10 + 17 + 8 + 3), y los almanaques contenían teóricamente las cuartetas proféticas que fueron publicadas por Nostradamus desde 1555 a 1567, durante 13 años, a razón de 13 cuartetas por año (una cuarteta por el año en curso y una cuarteta por mes por cada almanaque)

Reuniendo los valores de los escudos restantes, en progresión numérica de 1 a 8, y en los adicionales a los 1419 escudos sol, se obtiene la suma de 1430 escudos, que, divididos por 5 (5 clases de piezas), o aún multiplicando por 2 (como se desprende de la segunda edición) y luego dividido por 10, como lo sugiere Ruzo, da 286, el número de nuevas cuartetas de la segunda edición (ejemplar de Budapest).

1 escudo del rey Luis
2 leones de oro en forma de viejos escudos
4 viejos escudos
8 medio escudos sol = 4 escudos sol
1419 escudos sol

TOTAL = 1430 escudos
 

Una segunda deducción de las mismas piezas, esta vez teniendo en cuenta el número de las piezas y no de su valor en escudos, y añadiendo la medalla de oro (con valor de 2 escudos como lo precisa Nostradamus, así pues asimilable a la serie de los escudos) y los 10 imperiales, dan un total de 1445 piezas, que, dividido esta vez aún por 5, valen exactamente 289, el número de nuevas cuartetas de la segunda edición (en el ejemplar de Utrecht)

1 escudo del rey Luis
2 leones de oro en forma de viejos escudos
4 viejos escudos
8 medio escudos sol
1419 escudos sol
1 medalla de oro con valor de 2 escudos
10 imperiales

TOTAL = 1445 piezas
 

Estas 11 piezas de dos clases -- y reenvío a mi artículo precedente debido a la importancia de esta disposición (11 -- 2) en la economía del Testamento --, la medalla de oro y los 10 imperiales, de las cuales yo me sirvo con Ruzo para el segundo recuento de piezas relativas a la segunda edición de las Profecías, deberían reencontrarse lógicamente en el segundo recuento, ese que Ruzo no ha visto. En efecto, ¿cuáles son las piezas restantes?

36 nobles a la rosa
79 angelotes
8 florines de Alemania
17 marionetas
3 portugueses
 

Añadiéndoles las 11 piezas, es decir la medalla de oro y los 10 imperiales, -- y Nostradamus llama nuestra atención sobre el número 11 cuando el indica que cada noble a la rosa a un valor de 11 florines -- se obtiene un total de 154 piezas (36 + 79 + 8 + 17 + 3 + 1 + 11), el número conocido de cuartetas de los Almanaques (Cf. La edición de Chevignard de los Presagios, 1999). Se notará también que el número de cuartetas de los Almanaques vale 11 veces 14, o aún 14 veces (10+1), los 10 imperiales y la medalla de oro.

Otro indicio concerniente a este dispositivo que enlaza las segundas ediciones Sixte Denyse / Antoine du Rosne con las cuartetas-presagios es la mención de 300 nuevas cuartetas bajo el título de ediciones de 1557: "donde hay en y à [sic]) tres céntimos que nunca fueron impresos. ¿Errata voluntaria, para llamar la atención del lector y poner su sagacidad a prueba? Se puede considerar, tanto más que se encuentra en los dos ejemplares, y que la utilización de la preposición acentuada, "à", más que un auxiliar, sugiere un rumbo o un destino: "hasta" "con destino a", "para alcanzar las" ...300 cuartetas. Como sea, perdió 11 cuartetas (300 - 289) en el ejemplar de Utrecht, y 14 (300 - 286) en el ejemplar de Budapest, para satisfacer la mención. Ahora bien, en mi texto precedente, he demostrado que los números 14 y 11 habían sido justamente elegidos por Nostradamus para codificar el corpus de las cuartetas publicadas, a saber 154 (= 14 x 11). Así se confirma la relación encriptada entre los números de las cuartetas de las ediciones 2 y de los presagios, que son los dos fragmentos del corpus dejados voluntariamente "inconclusas".

En conclusión las 1096 cuartetas auténticas y conocidas de las Profecías y los Almanaques, dicho de otro modo las 353, 286 + 3 y 300 cuartetas de las diferentes ediciones de las Profecías, y las154 cuartetas de los Almanaques, son indicadas en el recuento de las piezas de la herencia, con la ayuda de operaciones relativamente simples, sin embargo ligeramente más sofisticadas cuando son necesarias para las ediciones 2A y 2B de las Profecías, sujetas a ardientes controversias. Lo que es notable, es que la organización estructural más o menos compleja de las piezas reproduce la de las ediciones de los textos, especialmente para las ediciones 2 y para las cuartetas en versos llamadas Presagios.
 
Piezas del Testamento Equivalencia Operación Total Ediciones Números del Testamento
101 ducados 101 101 353 edición 1 = (13 × 13) + (22 × 22) - 300
126 dobles ducados 126 × 2 252
1 escudo del rey Luis 1
2 leones de oro en forma de viejos escudos 2
4 viejos escudos 4 1430 / 5 (5 pièces) 286 edición 2B = (13 × 22)
8 medio escudos sol  8 / 2 = 4 (valor en escudos)
1419 escudos sol 1419
las mismas piezas 1434 (número de piezas)
+ 1 medalla de oro 1 1445 / 5 289 edición 2A = (13 × 22) + 3
+ 10 imperiales 10
36 nobles a la rosa 36
79 angelotes 79
8 florines de Alemania 8 143 + 1 + 10 154 presagios = (14 × 11)
17 marionetas 17
3 portugueses 3
1200 escudos pistolas 1200 1200 / 4 (4 versos por cuarteta) 300 ediciones 3 = (13 × 13) + (22 × 22) - 353


Si fuese necesaria una demostración adicional, me contentaré con agregar que el valor total de las piezas en escudos calculadas por Nostradamus, a saber 3444 escudos y 10 sueldos, equivaliendo 1096 veces el número PI, lo que es justificado por otros, como lo ha visto Ruzo, que las cuartetas deberían ser ordenadas sobre uno o varios círculos en las etapas ulteriores de la decodificación.

3444,20 (el escudo valía 50 sueldos en el año 1560) / PI = 1096,32 (aproximación 0,03%). De hecho (en realidad) hay una disminución de exactamente un escudo (3443,20 = 1096 PI), estos números 1 (aquí, la diferencia de un escudo) y 10 (aquí, el valor decimal en sueldos) serían los mismos que los que hubieron servido a la delicada decodificación del número de las cuartetas de las ediciones 2. (hay también, si convenimos el valor del sueldo en un décimo de escudo, 3444,10 = 31 x 111.1, o sea 31 veces, "cuatro 1" ["quatre un"] -- o "quatrain", cuarteta.)

A menos que demostremos que el Testamento de Nostradamus sea falso, vemos en este documento la confirmación de la autenticidad de las diferentes ediciones de las Profecías de Nostradamus encontradas hasta hoy, las de 1555, de 1557 (que reproducen más o menos la ó las famosas ediciones perdidas de Sixte Denyse, Lyon, 1556), y de 1568 (que reproducen verosímilmente una edición de 1558). Y para responder a los detractores, demoledores y deconstructores de todo pelaje, admitiremos que, en estas condiciones, es decir el Testamento de Nostradamus, es falso lo que se agregaría a las supuestas falsas ediciones de las Profecías de los años 50 - 60, es decir que el Testamento fue escrito por Nostradamus en complicidad con supuestos falsificadores contemporáneos a su obra, lo cual es un absurdo.

Invito también al escéptico, no desanimado por el cálculo, a probar estas curiosas "coincidencias" con la ayuda de un programita susceptible de generar aleatoriamente una serie de 15 enteros naturales, de preferencia por grupos, por ejemplo de 5 números (entre 1 y 5), de 4 (entre 6 y 20), con repeticiones eventuales, y de 4 (entre 21 y 200), además de 2 (entre 1000 y 2000). Apuesto que cualquiera de las mil primeras series generadas por este "método" (que propongo a espíritus supuestamente fuertes, pero estériles, aquellos a los que "nuestras piruetas aritméticas" no tienen la suerte de agradar; Cf. Nostradamus L’éternel retour (Nostradamus, el eterno retorno), colección Descubrimientos/Historia, Gallimard, 2003) no pudieron hacer aparecer los números de los diferentes reagrupamientos de cuartetas. [Se podrá leer la crítica de esta obra, que Jacques Halbronn, acaba publicar en el sitio de Ramkat: "Resulta que el trabajo que hemos presentado por estos dos universitarios es de un nivel científico muy mediocre, y casi siempre de segunda mano", http://ramkat.free.fr/analyse, texte 19.]

La inteligentsia retribuida de las universidades y los centros de investigación (Cf. Feyerabend, Science in a free society (Ciencia en una sociedad libre); y Guinard, Astrologie: Le manifeste, CURA, 1999, http://cura.free.fr/01qapa1.html) es generalmente hostil a las investigaciones criptográficas. Así un Jean Céard, director de la tesis de Halbronn y autor del prefacio del excelente Répertoire (Repertorio) razonado de Benazra (1990), aún sin perjuicio de querer remplazar (Repertoire, p. VIII) (Repertorio, p. VIII) "infinitos" por "ínfimos" en el verso II 47 - B (variante ya recogida en 1867 por Le Pelletier -- Anatole, no "Antoine"), toma como pretexto las pruebas de impresión constatadas en las primeras ediciones para rehusar toda indicación o connotación de orden criptográfico (p. VII). Si los Essais (Ensayos) de Montaigne "desenseñaban" la estupidez, como el recuerdo, evocación), después Marie de Gournay, la "hija política" de Montaigne, Céard (¡quien nos dirá quizás un día como desenseñar la cobardía!), no es cierto que Montaigne se hizo la misma idea de la criptografía que nuestros universitarios modernistas (Cf. Guinard, Memoire et Extinction dans les "Essais", Mémoire de Maîtrise, Nanterre, 1981), para las figuras de estilo, los metaplasmas, y los procedimientos criptográficos serían para los escritores del Renacimiento, más que simples juegos de palabras y de idioma, la principal herramienta para poner en perspectiva y de autoreferenciación del texto, comenzando por la cuarteta nostradámica, que es en si misma una especie de icono, o aún un "medallón", no de naturaleza conmemorativa, sino de inspiración y de aspiración prospectiva. La cuestión no es entonces saber si estas investigaciones criptográficas agradan o no a nuestros ideólogos, sino si ellas eran familiares y practicadas por los hombres del Renacimiento, y aquí en este caso especial por Nostradamus.
 
 

El número final de las cuartetas del Corpus

"Psicológicamente, el hombre no puede considerar aquello en lo que no cree, y menos aún eso de lo cual aprendió a dudar" (Daniel Ruzo).

Sólo hemos encontrado por el momento aquello que ya conocíamos, es decir, el número de cuartetas publicadas por Nostradamus en sus diferentes ediciones de las Profecías y de los Almanaques. De ahora en adelante voy a tratar de delimitar, con la ayuda de mis herramientas, procedimientos y razonamientos, lo que se ha conseguido mantener velado durante cerca de medio milenio.

Probablemente no hubo jamás una edición de 1000 cuartetas, solución simplísima para las mentalidades perezosas. La mención por Antoine Du Verdier, en 1585, de la existencia de una edición de "Dix Centuries de Propheties par Quatrains" ("Diez Centurias de Profecías por Cuartetas") no implica en absoluto que las centurias hayan estado "completas".

El peruano Daniel Ruzo supone que el corpus profético nostradámico está compuesto exclusivamente de cuartetas (1982, p.235) y que fue enteramente editado en vida del autor entre 1554 (Almanaque de 1555) y 1566 (Almanaque de 1567), e incluye las Profecías, es decir, en el espacio de 13 años (1982, p.245). Por otra parte admite la existencia de ediciones lyonesas de la Profecías en 1556 y en 1558, aquellas de las ediciones gemelas de Avignon, y aún las de 13 cuartetas proféticas, perdidas, incluidas en el almanaque de 1556, y muy improbable a mi juicio.

Ahora bien, no me satisface el número total de cuartetas conocidas, a saber 1096, que el mismo Ruzo ha intentado "cepillar oscuramente" (y ha reducido a 1080), a fin de corroborar su idea de una proyección circular de las cuartetas en relación con las supuestas eras precesionales. La eliminación de un cierto número de cuartetas me parece extremadamente especiosa y su distribución de las cuartetas es injustificada (Ruzo, 1982, p. 52.54). Pienso por el contrario que es necesario agregar un cierto número de cuartetas a las 1096 aparecidas.

En efecto, el doble detalle ha sido dejado a un lado en el curso de estos análisis: las equivalencias de valor dadas para la medalla de oro y para los portugueses -- la medalla de oro con valor de 2 escudos y los 3 portugueses con valor de 36 escudos. Se trata de valores globales, de otro modo Nostradamus lo habría especificado como lo hizo para los seis nobles a la rosa del registro 675. En total 4 piezas con valor de 38, es lo que incita a añadir esta diferencia de 34 piezas (38 - 4) al número de cuartetas del corpus. Así el total de cuartetas tenidas en cuenta no sería de 1096, sino de 1130, a saber 1096 + 34. Esto explica además por qué la mención de los nobles a la rosa con valor de 11 florines no ha sido retenida en el registro en el registro 676.

Se recuperan entonces un total de 1130 cuartetas sustrayendo al número 1419 refiriéndose a la segunda edición, el número total de nuevas cuartetas de esta edición, a saber 289. Es decir, 1419 - 289 = 1130.

En su artículo de 1962, Ruzo ha calculado el montante de los mandatos y legados dejados por Nostradamus en su Testamento: 4 cirios de una libra cada una para sus funerales, 10 sueldos para 13 pobres, 1 escudo a los Hermanos de la Observancia de San Pedro, etc.,...o sea, con el escudo de 50 sueldos o aún a dos libras y media, la suma total de 2217 escudos y 8 sueldos (Ruzo, 1962, p.76).

A la suma total de piezas de oro, Ruzo ha agregado el monto de los créditos y reembolsos a su activo, o sea 1600 escudos (indicados en el registro 675), y sustraído el monto de los mandatos y legados: 3444 escudos y 10 sueldos + 1600 escudos - 2217 escudos y 8 sueldos = 2827 escudos y 2 sueldos.

Ruzo a remarcado que el monto final, a repartirse entre sus tres herederos principales, su esposa Anne Ponsarde y sus hijos mayores César y Magdeleine, así a dividir por tres, da un resultado de 942 escudos, o sea el total de las cuartetas de las Profecías, 1 escudo y 2 sueldos, que representan seguramente la diferencia de 3 cuartetas de las ediciones 2A y 2B, es decir la cuarteta latina y las dos cuartetas suplementarias 41 y 42 de la centuria VII del ejemplar de Utrecht, y no como le creyó Ruzo, las cuartetas 43 y 44 de la centuria VII publicadas en la edición Jean Didier (Lyon) de 1627 (ver, Benazra, Répertoire, p.188). Ruzo las supuso aparecidas en las ediciones de Avignon, de existencia discutible, y las mantiene a regañadientes, justamente porque ellas corroborarían su hipótesis de decodificación.

Sin embargo, si nos atenemos al enunciado del registro 676, y no al de su borrador (registro 675), verdaderamente no accidental como lo he demostrado, se trata de una cantidad de créditos y de garantías, ignorados por Ruzo, de 1100 escudos, y no de 1600 escudos, los que equivalen a la suma a distribuir entre los 3 herederos de de 2327 escudos y 2 sueldos. Mediante ese número, Nostradamus indica, ya no la suma total de las cuartetas publicadas es sus Profecías (942), sino la suma total de las cuartetas del corpus, excepto las de la primera edición (representadas por la aproximación de un escudo del descuento precedente), de 2 cuartetas (simbolizados por los dos sueldos y que ha tenido en cuenta dos veces). En efecto, hay: ((2327 – 2) / 3 (herederos)) + 353 (cuartetas de la edición 1) = 1130 – 2.

Así, mediante esas sumas restantes de la herencia (calculadas a partir de los dos registros del notario Joseph Roche), tras la ejecución de los diversos actos previstos en el Testamento, es señalado el número de cuartetas publicadas en las Centurias, a saber 942, y el número total de cuartetas a tener en cuenta, a saber 1130.

(Subsisten aún dos descuentos sobre los que no he intentado buscar una interpretación "numerológica": primeramente el número marca la diferencia entre el valor total de las piezas de la herencia dado por Nostradamus (3444 escudos y 10 sueldos) y su valor real en los años 1560 (falta de conocimiento numismático suficiente), en segundo lugar el número total de las piezas de oro, a saber 3015. Me contentaré por el momento, con marcar que éste último es divisible por 15, es decir, por el número de piezas de diferentes especies, y el resultado es de 201, 1130 – 942 + 13. Dicho de otro modo, el cociente del número total de piezas por el número de especies de piezas vale, a 13 unidades más o menos, la diferencia entre el número total de cuartetas del corpus y el número de cuartetas publicadas en las Profecías.).

Existe aún, en el descuento de las piezas de oro, una manera diferente, que necesita que le conceda un poco de imaginación, para llegar al número 1130. Interesándose esta vez en las unidades de las 15 piezas y así omitiendo las eventuales decenas y centenas, a saber 6, 1, 9, 6, 4, 2, 1, 1, 8, 0, 7, 8, 9, 0, 3, remarco que cuatro cifras son mencionadas una vez (2, 3, 4, 7), otras cuatro lo son 2 veces (0, 6, 8, 9), una lo es tres veces (el número 1) y la última (el número 5) no se la nombra. Esto puede ser expresado por la siguiente ecuación: 2347 – (2 x 689) + 111 (3 veces la unidad 1) + 50 (0 veces la unidad 5) = 1130.

Yo llegué a esta intuición en que el número 1130 debía ser el número final de las cuartetas proféticas el 1 de julio de 1995 por un cálculo muy simple. El número teórico de cuartetas de una Centuria, es decir, 100, sumado al número teórico de cuartetas de un Almanaque, es decir, 13, el total multiplicado por el número teórico de Centurias (y también al de los almanaques conteniendo las cuartetas decasilábicas) es igual a 1130. Es decir (100 + 13) x 10 = 1130.

Un curioso sumario de posiciones planetarias figura en la epístola a Henry, fechada el 27 de junio de 1558: "luego de algún tiempo y en aquel comprendido desde el momento en que Saturno volverá a entrar el siete del mes de Abril hasta el 25 de Agosto, Júpiter el 14 de Junio hasta el 7 de Octubre, Marte desde el 17 de Abril hasta el 22 de Junio, Venus desde el 9 de Abril hasta el 22 de Mayo, Mercurio desde el 3 de Febrero hasta el 24 del susodicho. Después del primero de Junio hasta el 24 de Marzo y del 25 de Septiembre hasta el 16 de Octubre" (texto de la edición Pierre du Ruau, según la edición de Benoist Rigaud de 1568, circa 1630, Benazra n° 44. Sin embargo en las ediciones de 1568: "Mercurio desde el 3 de Febrero, hasta el 27 del susodicho").

Estos sumarios de períodos de retrogradación planetaria (y Nostradamus escribió "que volverá a entrar) eran usuales en la confección de los almanaques, por ejemplo al comienzo de La gran y verdadera nueva pronosticación para el año 1543 de Maistre Seraphino Calbarsy, un imitador que se disfraza de un anagrama de 'Phrançoys Rabelais' (Cf. Rabelais, Obras completa, edición Mireille Huchon, Gallimard, 1994, p.951-952).

Pierre Brind’Amour (1993, p.256) ha probado, después del alemán Christian Wöllner 81926), que estos períodos de retrogradación corresponden al año 1606, y que los días de retrogradación han sido tomados del Ephemeridum novum de Cyprien Leowitz aparecido en Augsburg en marzo de 157. Para el primer período mercurial, Leowitz indica desde el 3 al 24 de febrero, pero para el período marcial, el menciona el 23 y no el 22 de junio.

La idea me ha surgido al calcular el número de días restituidos por cada uno de los siete períodos mencionados, porque los 140 días separados por el intervalo saturnino el 7 de abril al 25 de agosto, cualquiera sea el año considerado, recuerdan los 140 presagios auténticos en verso publicados por Chavigny. Siguiendo con la deducción, se obtienen para Júpiter 115 días, para Marte 66 días (desde 17 hasta el 22 de Junio), para Venus 43 días, y para Mercurio 21, 23 y 21 días, 65 días acumulados. Multiplicando cada uno de los números por los 7 primeros enteros, en su orden de exposición, se obtiene de nuevo la suma de 1130: (140 × 1) + (115 × 2) + (66 × 3) + (43 × 4) + (21 × 5) + (23 × 6) + (21 × 7) = 1130.

Efectuando la misma operación, pero contando globalmente el período mercurial, 65 días que se multiplicarán por 5, se obtiene la suma de 1065, 1000 + 65. Este número 65, que equivale a 13 veces 5 (planetas), es también el número clave de este dispositivo, ya que agregándoselo al número 1065 recién obtenido, se obtiene de nuevo el número 1130.

Retomando ahora los números del testamento, y especialmente 13 y 31, siendo este el último número codificado con los puestos específicamente en evidencia por Nostradamus (ver mi artículo precedente), se obtiene la ecuación trivial: (13 × 13) + (31 × 31) = 169 + 961 = 1130 (comparable a nuestras observaciones precedentes, a saber: (13 × 13) + (22 × 22) = 353 + 300 et (13 × 22) = 286].

Habría por consiguiente 15 cuartetas (169 – 154) que agregar a las 154 que contienen los Presagios, y 19 cuartetas (961 – 942) a las 942 de las Prophéties. Es de notar que las variedades de piezas son y que el número muy particular de escudos de oro, 1419, repiten evidentemente esos números.
 
 

"El pempotam de los años"

Mi atención ha sido atraída por el número "trescientos" que figura en el segundo verso de la última cuarteta publicada por Nostradamus.

El gran imperio será por Inglaterra,
El pempotam de años más de trescientos:
Grandes copias (ejércitos) pasar por mar y tierra,
Los Lusitanos no estarán contentos.

La cuarteta X 100 de las Profecías es generalmente interpretada como indicadora de la duración de la hegemonía británica en el mundo, desde Le Pelletier (1867) que interpretó el neologismo pempotam, del griego pan y del latín potens, como "todopoderoso". Esta interpretación clásica no ha variado, ya que se la reencuentra sin modificación alguna notoria ni explicación verdaderamente convincente del neologismo problemático, por ejemplo en Max de Fontbrune en 1938, en Vlaicu Ionescu en 1987, o aún en David Ovason en 2001.

(Este término no deja de reservar sorpresas ya que aparece también, con diferente ortografía, en los contextos más diversos, y parece designar, sucesivamente, un hombre, un pueblo o una plantación, una región: En el segundo verso del presagio para Agosto de 1558: "Las razas ocupadas: elegidoel Pempotan"; en el primer verso de la cuarteta VIII 97: "En los confines de VAR cambiar los pompotans"; en el prefacio a Enrique: "comprendiendo el Pempotam la mesopotamia de Europa").

El año 1588, fecha de la destrucción de la "Armada Invencible" de Felipe II de España por el vicealmirante Francis Drake, marca el comienzo de la supremacía inglesa, militar (copias) y marítima (Cf. Le Pelletier, Ionescu y Ovason). Max de Fontbrune prefiere el año 1603 que marca laceración de la Gran Bretaña por Jaime I de Escocia. En efecto, la unión de Escocia e Irlanda a Inglaterra puede ser legítimamente interpretada como el debut político del futuro "gran imperio".

Puede admitirse también la fecha de 1584. Desde comienzos del Siglo XVI, españoles y portugueses comienzan a repartirse el "nuevo mundo" y ciertas regiones del viejo: es el comienzo de la "europeización" del globo. Inglaterra, fundando Virginia en 1584, su primera colonia, quebrando la hegemonía de los "Lusitanos" (del latín Lusitania, una de las tres provincias de la península ibérica, hoy Portugal), término empleado por Nostradamus, por sinécdoque, para designar el conjunto de los conquistadores y colonizadores ibéricos. Se puede retener también el año 1600, fecha de la fundación de la famosa Compañía de las Indias.

Cualquiera sea el comienzo y final del Imperio Británico, el segundo verso permanece oscuro y abandonado por los exegetas. En efecto pempotam, no es pan-potens ni pampotent, y Nostradamus no escribió Le pempotam (será o durará) más de trescientos años, sino: El Pempotam de años (es o será) más de trescientos. Esos 300 podrían designar las cuartetas de la última parte de las Profecías, aparecidas con una paginación separada, las que debieron ser añadidas algunas unidades, y Nostradamus es coherente al indicar la existencia de este suplemento aislado, esta "Inglaterra", precisamente el la última cuarteta de su obra publicada. Si lo observamos con el primer Fontbrune y según un criterio político, la fecha de 1603, se admite que 1922, año de la proclamación del Estado Libre de Irlanda, marca el fin simbólico de ese imperio. Digamos un total de 319 años.

Así un poco más de 300 cuartetas, en este caso 319, compondrían la última parte de la Centurias. Pero, ¿qué sería ese pempotam de los años? Puede ser un anagrama de mappemot, un equivalente histórico del globo geográfico, ese mapamundi de vocablos ordenados en cuartetas decasilábicas que son las Profecías, y que ordenan los años en un esquema circular, según una idea de Ruzo. Así, la expresión "pempotam/mappemot" (a aún "mappetom(e)", del griego "tomos" o del latín "tomus", señalando las divisiones o porciones del corpus), elegida por el salonés para designar su obra profética, indica su poder absoluto, el de una cartografía de la historia, que permanece aún hoy en estado de rompecabezas.

Las copias pueden entenderse en su sentido moderno, y los lusitanos en sentido del verbo latino lusitare (burlarse, mofarse). Así se puede arriesgar esta interpretación de la cuarteta, que dobla la precedente (gracias al segundo verso de la cuarteta):

El corpus profético estará completo gracias a un suplemento de algunas cuartetas. Esta fidedigna cartografía cronológica comprende más de 300 cuartetas en su última sección. Y se distribuirán copias a lo largo de todos los continentes, lo que incomodará aquéllos que se burlan de él.

Esta cuarteta es notable por su doble sentido y su doble contexto referencial. Podría ser que esta cuarteta haya sido encuadrada sobre este modelo. Como lo he señalado en el congreso de CURA en diciembre de 2000 (Cf. http://cura.free.fr/10colloq.html#1), cada cuarteta sería un texto de 2 caras – un Janus según la imagen de Chavigny – una volcada hacia el pasado, la otra hacia el futuro, o bien ambas volcadas hacia el futuro, como en el presente caso. Esto podría ser lo que el fanático Dagueniére hubiese entendido, en 1558, calificando al profeta de "loco de doble vuelta". Así podría explicarse la divergencia de interpretaciones, la ligera discrepancia existente entre una interpretación dada y su objeto, y también que se pudiera recuperar la crónica de los eventos pasados, especialmente de la historia romana, como el presagio de los eventos futuros.
 

Las últimas cuartetas de Nostradamus

En mi artículo anterior, había hecho notar que la diferencia de 58 días que separan los Colofones de las dos ediciones de Antoine du Rhône de 1557 – ediciones probablemente piratas pero auténticamente fieles a los originales --, lejos de ser aleatorias, simbolizan el número de cuartetas faltantes de las Profecías para alcanzar los mil millones. Consideremos ahora la diferencia entre los Colofones de los dos primeros refritos de la obra, la edición de Macé Bonhommme, y la primera aparición "Antoine du Rhône", es decir entre el 4 de mayo de 1555 y el 6 de septiembre de 1557. Hay 2 años y 125 días; los dos años simbolizan las dos ediciones, y 125 es igual a 5 elevado al cubo, es decir 5 x 5 x 5.

El número 3, utilizado para esta codificación, es evidentemente uno de los tres números del Testamento (ver mi artículo anterior), y la repetición de los tres ‘5’ se encuentra en el año de la aparición de la primera edición. Pero hay más: la diferencia en días es de 855, es decir 3 x 15 x 19, estos dos últimos números indican las cuartetas a agregar a los tres grupos de cuartetas publicadas. En efecto, las Profecías han conocido tres refritos; las cuartetas publicadas pueden ser repartidas en tres "libros" (las primeras centurias reunidas en un primer libro, las centurias VIII, IX y X reunidas en un segundo libro, con una paginación diferente, y los almanaques y pronosticaciones); y el conjunto de las cuartetas del corpus pertenecen en lo sucesivo incluso a tres grupos: el de las Centurias, el de los Almanaques, y el grupo de las cuartetas adicionales, precisamente en número de 15 y de 19.

¿Cuáles son las 34 cuartetas suplementarias? Hay más de una cincuentena de candidatas en los escritos anexos y en los textos aparecidos posteriormente, a veces sobre las indicaciones dadas por el mismo Nostradamus, especialmente a su joven secretario Chevigny, el que, en 1594, hiciera aparecer La premiere face du Janus françois bajo el nombre de Jean-Aimé de Chavigny. Se puede pensar particularmente en las 13 cuartetas, 2 de la "centuria XI" y 11 de la "centuria 12" (sobre la importancia de este recorte ‘11 + 2’, ver mi artículo anterior), reproducido en su Janus Gallicus.

Ahora bien, existen precisamente 34 cuartetas, repartidas en 10 cuartetas autobiográficas y 24 cuartetas proféticas, en un extraño documento titulado "La historia verdadera de la apertura de la Tumba de Michel NOSTRADAMUS la que fue abierta el quinto día de Enero de 1688…" (París, Chez la Veuve de Charmot), no señalado por Benazra en su Repertorio (Repertoire) pero disponible en el sitio Gallica de la BNF. Estos serían, según el editor, las últimas cuartetas de Nostradamus, las que fueron removidas de la tumba y que habrían sido descubiertas luego de la apertura de su tumba, un siglo antes de los eventos de los años 1790.

Es curioso que ese texto confiera precisamente 34 cuartetas, presentadas como una suerte de suplemento post mortem al corpus profético. ¿Su o sus autores habrían descubierto ciertas intenciones del profeta, o más verosímilmente, habrían seguido las exégesis e hipótesis de decodificación perdidas o destruidas?

Una muestra de estas cuartetas:

II
Antes que yo deduzca mi vida
Mi nacimiento y mi condición
Si he tenido en mi tiempo buen renombre
Los envidiosos me han tenido una gran envidia

XX [X]

Los rebeldes de la Fe Católica
Tendrán gran miedo del ardor del Sol
Ellos causarán un muy gran aparato
De grandes cañones, de mosquetes y de picas

XXXIV [XXIV]

Yo reconozco una cosa cierta
Que los Turcos tendrán muy grandes penas
El Gran Señor sin enfermedad
Un día terminará su vida.

Según toda verosimilitud, estas cuartetas son de las falsas, compuestas de rimas conjuntadas excepto las dos últimas (las 23 y 24 de la segunda serie), mientras que las cuartetas de Nostradamus son de rimas cruzadas. Los versos no son de decasílabos y no respetan la cesura después de cuatro sílabas. En cuanto al estilo y la semántica, de una banalidad extrema, son el producto de un imitador torpe. No se fabrican cuartetas "nostradámicas" tan fácilmente. Los teorizadores de una conspiración de falsificadores y sus émulos harían bien de ajustarse un poco más a la poética y a la prosodia antes de hacer aparecer sus elucubraciones.

Vale lo mismo para la cuarteta del frontispicio de la Pronosticación para el año 1567 del plagiario Mi. De Nostradamus (abajo a la izquierda) como para el del falso Almanaque para el Año 1565 aparecido a nombre del profeta de Salón (abajo a la derecha). Halbronn escribe en la página 105 de su obra sobre Crespin que el primero no ha sido deducido "por la serie": prueba de que no se confunde los escritos de Michel de Nostradamus con los de los imitadores y falsificadores.
 
La fuerte raza Morena
Quiere abrir las puertas del reino:
Pero un feliz destino
Rompe el hilo de su vano propósito.
El año de gracia será para varios pueblos,
En amistad estarán los campesinos,
La tierra tendrá en sí muchos muebles 
De los que en muchos lugares serán suficientes.


No es Nostradamus quien acapara para sí el nombre y las funciones. En un próximo estudio, intentaré demostrar, con la ayuda de nuevos índices, cuáles son las 34 cuartetas auténticas a incluir el corpus.

Tolosa, 13 de junio de 2003.


Referencia de la página:
Patrice Guinard: Las piezas de la herencia: Un dispositivo de codificación del número de cuartetas proféticas
(traducción Pía Urruzuno)
[versión francesa, 07.2003: http://cura.free.fr/26mntes3.html]
http://cura.free.fr/esp/30ntesp3.html
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