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El sistema solar
(¿Qué es un planeta en astrología?)
por Dr. Patrice Guinard

-- traducción Angeles Rocamora --

 

Nota: Este texto puede ser considerado como inédito, ya que el capítulo correspondiente de mi tesis (1993), el 25°, sólo contiene 2 páginas. En él intento responder a la siguiente pregunta: ¿Por qué escoger tal "operador planetario" en lugar de tal otro?


CONTENIDO

 1. Presentación del sistema solar
 2. El descubrimiento de los planetas trans-saturninos
 3. ¿Qué es un planeta?
(Investigación razonada de los operadores astrológicos de tipo planetario)
 4. Datos orbitales y físicos de los principales cuerpos del sistema solar
 5. ¿Qué es un operador astrológico? : El estatus de Plutón
 6. Armonías del sistema solar: El Gran Año
 7. Armonía de las revoluciones siderales: Unidad del sistema solar

 EL PLANETARIO (Organización y Significado de los Operadores planetarios)


1. Presentación del sistema solar

"La verdad del cielo, son esas estrellas
desenganchadas de sus constelaciones
y que lo surcan en caballos escapadados."
(Jean Giraudoux: Sodoma y Gomorra)
 

     El sistema solar se compone del Sol (que representa el 99.8% de la masa total), de un conjunto de planetas dotados de satélites (salvo Mercurio y Venus) que giran todos en la misma dirección en torno al Sol, el cual ocupa uno de los focos de sus órbitas elípticas quasi circulares (sobre todo Venus y Neptuno), de probablemente algunas centenas de millares de asteroides cuyas órbitas se sitúan en su mayoría entre las de Marte y Júpiter, de cometas con órbitas muy excéntricas, de meteoritos, de planetoides descubiertos después de 1992, y de materia interplanetaria (gas, partículas, polvo microscópico). Kepler puso en evidencia las 3 leyes a las que obedecen los movimientos orbitales de los planetas. Desde un punto de vista geocéntrico, el Sol parece recorrer un círculo llamado eclíptica. Las órbitas planetarias, comprendida incluso la de la Luna, tienen una inclinación orbital relativamente débil en relación con el plano de la eclíptica: las inclinaciones orbitales máximas son las de Plutón (17° 15), de Mercurio (7°), de la Luna (5° 15), y de Venus (3° 39).

     Plotín desarrolla en su tratado Des difficultés relatives à l'âme la idea estoica de un universo-animal, "un todo simpático consigo mismo". [1]  Las "influencias" de los astros se justificarían por la armonía y la simpatía existentes entre las diversas partes del universo: "Nosotros no atribuiremos pues, ni a causas corporales ni a una decisión voluntaria, las influencias celestes que ellos ejercen sobre nosotros y sobre los otros animales, y en general sobre las cosas de la tierra. ¿Qué causa queda pues, que sea admisible? Este universo es un animal único que contiene en sí a todos los otros animales; tiene un alma única que está en todas sus partes, en la medida en la que los seres que están en él son sus partes." [2]

     La unidad del sistema solar es un postulado necesario para toda eficacia planetaria: en efecto, Kepler precisa que es el sistema solar quien forma este todo orgánico, marcando una valla diferenciadora en relación con los otros cuerpos siderales. El sistema solar sería un conjunto globalmente estable, una suerte de ecosistema en el seno de la Galaxia, un medio de integración privilegiado para lo vivo. El filósofo Henri Bergson señala en 1907 que el sistema solar es, probablemente, el "sistema más objetivamente aislado y el más independiente de todos". [3]  En efecto, si existen incidencias astrales diferenciadas de las que los planetas son los operadores físicos, es necesario que estos planetas constituyan una totalidad y que la diferenciación sea en relación con ciertos criterios físicos. Ptolomeo y sus predecesores intentaron justificar estas diferencias por medio de supuestas cualidades elementales de los planetas (calor, humedad). Se sabe del fracaso de esta tentativa de racionalización.
 

2. El descubrimiento de los planetas trans-saturninos

     El astrónomo británico William Herschel (1738 - 1822) descubre Urano el 13 de marzo de 1781 y decide llamarlo Georgium Sidus, en honor al rey Jorge III. Después fue llamado Herschel a partir de 1781. En su Système de Copernic ou Abrégé de l'astronomie (Paris, 1783), cuadro dedicado y presentado a Monseñor le Dauphin por un tal Papillon de La Ferté, el "planeta de Herschel" es simbolizado por un delfín ya que "Este Planeta ha sido descubierto algunos meses antes del nacimiento de Monseñor Dauphin". El astrónomo prusiano Johann Bode (1747-1826) sugiere finalmente llamarlo Urano, según el dios griego del cielo Ouranos. El nombre de Urano aparece en el título de numerosos tratados astrológicos, bastante antes del descubrimiento del planeta. [4]

     El inglés John Couch Adams (1819-1892) y el francés Urbain Le Verrier (1811-1877) suponen la existencia de un nuevo planeta más allá de Urano y calculan su posición hipotética a partir de 1845. Éste es efectivamente localizado por el astrónomo alemán Johann Galle (1812-1910) y por su asistente Heinrich d'Arrest, del observatorio de Berlín, la noche del 23 de septiembre de 1846 a partir de los cálculos de Le Verrier. Galle propone el nombre de Neptuno. No obstante, Neptuno habría sido localizado desde el mes de agosto de 1846 en el telescopio del observatorio de Northumberland por el astrónomo inglés James Challis.

     La existencia de un planeta trans-neptuniano es evocada desde 1879 por Camilo Flamarión (1842-1925) y por otros astrónomos.[5]  Clyde Tombaugh (1906-1997), del observatorio Lowell (Flagstaff, Arizona), descubre Plutón el 18 de febrero de 1930 a partir de los cálculos efectuados en 1915 por Percival Lowell (1855-1916) y de los clichés fotográficos que él toma los días 23 y 29 de enero de 1930. El nombre de Plutón (que reproduce las iniciales de Percival Lowell) fue propuesto por una niña inglesa de 11 años.

     Algunas coincidencias temporales pueden alimentar la reflexión. El planeta Urano fue descubierto por un astrónomo reputado. El descubrimiento de Neptuno está rodeado de un halo de circunstancias mal aclaradas, y el de Plutón es el hecho de un astrónomo autodidacta. En 1781 el uraniano Kant publica su Crítica de la razón pura, en 1848 el neptuniano Marx publica su Manifiesto del partido comunista, y en 1929 el plutoniano Heidegger su tratado ¿Qué es la metafísica? En fin, estos acontecimientos políticos, económicos y sociales, muy conocidos, parecen concordar con la naturaleza del planeta al que conciernen: la independencia de los Estados Unidos en 1776 y la Declaración francesa de los Derechos Humanos en 1789 (Urano), los movimientos revolucionarios de 1848 en Europa y la revuelta de los T'ai-p'ing "cristiano-taoístas" en China a partir de 1850 (Neptuno), la crisis económica en los Estados Unidos y después en Europa (1929-1930) y el advenimiento de Hitler al poder en 1933 (Plutón).
 

3. ¿Qué es un planeta? (Investigación razonada de los operadores astrológicos de tipo planetario)

     Entre los "operadores astrológicos", es decir, los factores astrológicamente significativos (planetas, casas, signos zodiacales...), existe una categoría que se relaciona específicamente con la causalidad, la energía, que se podría llamar los operadores físicos o astronómicos. Éstos son cuerpos físicos, tangibles, existentes, que influencian la psique en virtud de una integración orgánica de sus ciclos. Sobre el círculo zodiacal, están representados por puntos. Entre las 4 categorías de cuerpos usualmente tenidos en cuenta por el astrólogo, los objetos imaginarios (planetas hipotéticos), los puntos ficticios y aritméticos (partes, nodos, puntos medios), los cuerpos físicos no significativos y los planetas, sólo la última categoría responde a la definición precedente. Cuando se le pregunta al astrólogo por qué utiliza tal factor en lugar de tal otro, y también por qué posiciona este factor por proyección sobre la eclíptica, la mayoría de las veces él responderá: "Porque ESO funciona".
 

Los objetos imaginarios

     Son los astrónomos quienes, en la segunda mitad del siglo XIX supusieron la existencia de planetas y de satélites hipotéticos a fin de subsanar los interrogantes planteados por el estado de los conocimientos astronómicos: sobre todo de un planeta infra-mercurial, llamado Vulcano, y de un satélite invisible desde la Tierra, Lilith, de los que su realidad nunca ha podido ser demostrada, y también de un planeta trans-neptuniano. [6]  La boga de los planetas hipotéticos se aceleró en los medios astrológicos en el siglo siguiente. Esta fue la ocasión para los astrólogos de subsanar sus fracasos: la afirmación de planetas nuevos (una cincuentena hasta el día de hoy), invisibles, por descubrir, palió la incapacidad de interpretar una carta natal con los únicos planetas conocidos. Por otro lado, la tentación de un modelo congruente de las Regencias y de los Domicilios (12 signos / 12 planetas), ha sido un factor fundamental en la práctica de los planetas hipotéticos en los astrólogos y los pensadores herméticos.

      En 1881, el sacerdote Vassart supone la existencia de 3 trans-neptunianos (Miguel, Gabriel y Rafael) de los cuales él da el período y la posición para el 1 de enero de 1850. [7]  A partir de los años 70 del siglo XIX, la existencia de un planeta trans-neptuniano X es ampliamente debatida en los medios astronómicos. Los astrólogos y herméticos no harán más que adaptarse a las investigaciones en curso. El abad hermético Paul Lacuria (1806-1890), en un manuscrito inédito [8]  afirma la existencia de Plutón que será descubierto medio siglo más tarde: "La progresión de los planetas es regular tanto en grosor como en alejamiento. Esta progresión (de los planetas) va desde Mercurio hasta Urano, después decrece en Neptuno y en Plutón que se descubrirá más tarde y que está más alejado y es más pequeño que Neptuno." [9]  En 1897, el astrólogo francmasón Charles Nicoullaud (1854-1923), alias Fomalhaut, confirma esta visión: "El planeta más allá de Neptuno existe, se llama Plutón".[10]  Fomalhaut presenta una teoría duodecimal de los Domicilios, con Plutón en Aries, Vulcano en Géminis, y Juno, un planeta destruido tras una catástrofe sideral y del cual los asteroides son los vestigios, en Libra.

     En 1917 el astrólogo C. Libra populariza en el continente el planeta mítico Vulcano [11] , y un año más tarde, Walter Old (1864-1929), alias Sepharial, impone Lilith, el segundo satélite terrestre, en el medio astrológico británico.[12]

     A partir de mediados de los años 20, los astrólogos no se contentan ya con especular sobre los descubrimientos astronómicos aleatorios y se inventan sus propios planetas. Los más célebres de estos cuerpos hipotéticos son los trans-neptunianos de la escuela de Hamburgo que continúan siendo utilizados, a pesar del descalabro de Alfred Witte (1878-1941), quien se mostró incapaz de mencionar a Plutón, descubierto dos años después de la publicación de su obra.[13]  A los 4 trans-neptunianos de Witte (Cupido, Hades, Zeus y Cronos) se añaden los de su alumno Friedrich Sieggrün (1877-1951): Apolo, Admetos, Vulcano y Poseidón.[14]  Se conoce por algunas efemérides la posición de estos ocho trans-neptunianos de los cuales las revoluciones siderales varían entre 262.5 años para Cupido y 740 años para Poseidón.

     En 1930 el rosicruciano escocés Maurice Wemyss anuncia la existencia de 3 transplutonianos (Didon, Hércules y otro "Plutón"), y en 1935 la del planeta Jasón, situado entre Saturno y Urano.[15]  Ernest Britt confirma la existencia de 2 transplutonianos [16]  antes de que la fama de Proserpina a finales de los años 30 y en los años 40 (Maurice Privat, Dom Néroman, Léon Lasson...) se apoderase de la astrología francesa. [17]  En los años 50, el holandés Theodor Ram inventa 3 nuevos planetas (Perséfone, Hermes y Démeter), y en 1972 Charles Jayne ofrece a la astrología americana sus 7 transplutonianos: Pan, Isis, Hermes, Osiris, Midas, León, y Moraya [18] , y ciertos astrólogos rusos utilizan los cuatro transplutonianos: Isis, Proserpina, Anubis y Osiris...

     Teniendo en cuenta estos cuerpos imaginarios, el astrólogo se deshace de los pretiles astronómicos sin incrementar, sin embargo, la riqueza semántica del teclado planetario: en efecto, los significados dados a estos cuerpos hipotéticos están muy próximos a los de los planetas conocidos. Estos añadidos superfluos, lejos de enriquecer el teclado planetario lo conducen a la confusión. Por otro lado, no creo que el astrólogo sea un vidente. Si lo fuera, no sería necesario practicar la astrología.
 

Los puntos ficticios y aritméticos

Estos factores no existen físicamente: son puntos aritméticos determinados por el cálculo.

* La Luna negra, llamada de otro modo como el segundo foco de la órbita lunar (denominada también Lilith), muy utilizada por los astrólogos. Se puede calcular su posición media y su posición verdadera.

* Los planetas "negros": el Sol negro, Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Plutón negros. Difícil de imaginar una posición muy alejada del Sol para Venus y para Neptuno, dada su muy débil excentricidad.

* Los nodos lunares, importantes en la astrología hindú (Râdhu y Ketu), que son los puntos de intersección de la órbita lunar y de la eclíptica. Su período es de alrededor de 18.61 años, y sirven para determinar los momentos de los eclipses. Están siempre opuestos en la eclíptica y el nodo Sur tiene, por tanto, un doble empleo.

* Los nodos planetarios (geocéntricos y heliocéntricos): cada planeta tiene un nodo ascendente y un nodo descendente.[19]

* Los 3 puntos estudiados por Theodor Landscheidt que se mueven alrededor de 1° 24 por siglo (en razón de la precesión de los equinoccios): el Centro galáctico (GC), centro de equilibrio de la Galaxia (que representaría las aspiraciones espirituales del nativo), el Super Centro Galáctico (SGC), (que sería el centro de organización de la personalidad, una suerte de "super Sol"), y el Apex solar (AP), dirección del movimiento solar en la Galaxia (el cual representaría el fin último de la personalidad). En el año 2000, el GC está situado en torno al grado 26° 52 de Sagitario, el SGC a 1° 47 de Libra y el AP a 2° 27 de Capricornio.[20]  Dado que su movimiento es muy lento, se concibe mal la utilidad de estos puntos en astrología natal, e incluso mundial.

* El célebre Parte de Fortuna (utilizado por Ptolomeo) y los Partes llamados "árabes" (o "arábicos") son puntos ficticios, calculados según las longitudes de 3 planetas, ángulos o puntos zodiacales, muy a menudo según la fórmula: Parte = ASC + Planeta X - Planeta Y.

Los partes expuestos por Pablo de Alejandría [21]  son, para las cartas diurnas, los siguientes (para las cartas nocturnas hay que invertir los signos + y -):

Siempre según Pablo de Alejandría [22]  y otros: Según Vettius Valens y el Liber Hermetis [23] : (estos puntos, 19° de Aries y 13° de Tauro, son los supuestos puntos de Exaltación del Sol y de la Luna)

     El sistema de los Partes tomó una importancia considerable en la astrología árabe: Al-Bîrûnî menciona una centena, e informa que los astrólogos habrían inventado más de 150 de ellos para responder a las preguntas horarias.[24]  Se pueden imaginar muchos más en función de las preocupaciones del momento y de la imaginación del astrólogo. Numerosos puntos nuevos han sido inventados teniendo en cuenta los trans-saturninos, como el Parte de Ansiedad (= ASC + Plutón - Urano), el Parte de Astrología (= ASC + Mercurio - Urano), el Parte de Depresión (= ASC + Neptuno - Marte), o también el Parte de Perversión (= Venus + Marte - Neptuno).[25]  Pruebe también el Parte del Pastel, que sirve para determinar el postre que su cónyuge le ha preparado para el desayuno, o también el Parte (angl. Lot) de Consuelo. Yo propongo también que el lector, a fin de evaluar su posible entendimiento con nuestro centro, busque la posición de su Parte del C.U.R.A., la cual se calcula como sigue: URANO - SATURNO + MARTE - SOL.[26]

* Los puntos medios, popularizados por Alfred Witte, serían puntos sensibles donde las energías planetarias se encuentran y se combinan. Se calculan según la fórmula: Punto medio = (Planeta X + Planeta Y) / 2. Reinhold Ebertin (1901-1988) racionaliza y simplifica la técnica de los puntos medios de Witte.[27]  La cosmobiología de Ebertin conoció un vivo éxito en Alemania en los años 40 y 50, antes de propagarse un poco por todos lados. Las técnicas de los puntos medios de la escuela de Hamburgo (Witte), como las de la escuela cosmobiológica, están ampliamente orientadas hacia la predicción y la interpretación de acontecimientos.[28]  Limitándose a 10 planetas, a los ángulos ASC y MC, y a 6 aspectos con un orbe de 1°, ¡habría dos veces más de puntos medios en la carta que de grados zodiacales, lo que deja un buen margen de maniobra para la interpretación! En este sentido, no estamos nunca abandonados por los astros: en cada hora del día y de la noche, aportan su lote de consejos, de consuelo, de mensajes...

     De forma más general, la multiplicación de los puntos sensibles y de los puntos de energía imaginarios, señala el fracaso de la interpretación moderna en su tentativa de adecuarse al acontecimiento. Como lo subraya Geoffrey Dean, esta plétora de factores conduce a la astrología hacia el absurdo, y hace implosionar las indicaciones dadas por la carta natal: "El problema puede ser ilustrado por un tema que comprenda todos los factores propuestos y testados por los astrólogos de cualquier reputación, es decir, 3 ángulos (ASC, MC, Vértex), 10 planetas, 4 asteroides, 30 planetas hipotéticos, y sus nodos y partes correspondientes (un total de más de 120 factores), en relación con el promedio de 8 aspectos mayores con un orbe de 8 grados, de 40 otros aspectos mas los antiscios y contra-antiscios con un orbe medio de 2 grados, de 2 paralelos de declinación con un orbe de 1°, y de 8 puntos medios de un orbe de 1.5°. (...) La "super-carta" (super-chart) contendría como media más de 6000 aspectos, más de 50.000 puntos medios, y cerca de 1.5 millones de aspectos entre puntos medios".[29]



La SUPER-CARTA


     Esta diarrea produce el júbilo de los anti-astrólogos, así como es el consuelo de los incapaces. Ningún practicante levanta esta "super-carta", pero son una mayoría a utilizar además de una decena de planetas, algunos de estos puntos aritméticos. La matematización irracional de la carta, (cuando no se extrae ningún consenso de la reflexión que habría que dirigir sobre la representación misma de la carta natal, y sobre todo sobre la posibilidad de proyección de los astros sobre la eclíptica y la compatibilidad del zodíaco con el "círculo" de las Casas), lleva a la astrología moderna al impás, desenfrenada por los imperativos astronómicos y por una preocupación de coherencia que conserva internamente el hecho de que todo modelo debe unirse a una cierta verosimilitud de orden físico. El astrólogo no siente ya lo impresional, él matematiza lo astrológico. Como si la carta, limitada a algunos factores, no fuese ya de una complejidad extrema.

     La tendencia inversa, aquella de los partidarios de una pretendida "astrología tradicional", es la de limitarse al Septenario, es decir, sólo a los 7 planetas conocidos por los Antiguos. La astrología sería un saber circunscrito, y los astrólogos contemporáneos tendrían que obligarse a utilizar únicamente las pocas recetas pretendidamente comprobadas, imaginadas por sus antecesores. Esta concepción, que se atiene al Modelo sin intentar cuestionar la Matriz y las Estructuras subyacentes, se queda a menudo ignorante de las variaciones históricas que han afectado al Modelo presupuesto, de sus deformaciones durante su transmisión intercultural, y de las numerosas variaciones que le han afectado en el curso de su historia.

     El enfoque adecuado consistiría en preguntarse sobre el origen y las razones que incitaron a los astrólogos en una época dada, a introducir en el seno de su concepción tal o cual elemento, tal o cual parte de la teoría. Un buen ejemplo es la teoría de las Regencias, aceptada por Ptolomeo y a la que éste no da más que una justificación especiosa. Si la astrología Griega ha conseguido encontrar un cierto equilibrio con los elementos que estaban a su disposición, de ello no se deduce que este equilibrio sea, para nosotros, satisfactorio. El descubrimiento y la introducción de los planetas trans-saturninos reclaman una nueva organización del Planetario, de las Regencias y de las relaciones inter-planetarias.

     Una tercera tendencia consiste en "testar" los operadores planetarios por medio de la estadística. Estos estudios, que se han multiplicado después de los de "los Gauquelin", no han llegado a imponer ningún consenso entre los astrólogos. No existe ninguna explicación física que justifique la eficiencia de 4 o 5 planetas en detrimento de otros, e incluso "el efecto Marte", el menos discutible, sería para Geoffrey Dean el resultado de una adaptación cultural. Por otro lado, sean cuales fueren el resultado y el "éxito" de estos estudios estadísticos, los astrólogos no los tienen en cuenta, y yo no conozco quien haya establecido una astrología exclusivamente "marciana" bajo el pretexto de que la astro-estadítica habría validado la eficiencia sólo de este planeta. Y tienen razón, ya que la encuesta estadística, si puede ofrecer algunos elementos de reflexión, no sabría legitimar un saber que surge de otra lógica que la de lo factual, único nivel aparentemente accesible a la astro-estadística. Por otro lado, y suponiendo que se pueda encontrar los medios de cuestionar las prácticas astrológicas con pertinencia, es decir, que ésta llegue a adaptar sus técnicas a la dimensión matricial del saber astrológico, sus indicaciones no dispensan de una investigación de orden biofísico sobre la posibilidad del funcionamiento de los operadores astrológicos.

     Yo preconizo que no solamente el astrólogo se limita a algunos factores esenciales que él acordará delimitar, sino que éste concentra su interpretación en el núcleo esencial de la carta, teniendo en cuenta que tiene un método de valoración adecuado. Lo que significa que, no solamente los cuerpos imaginarios y aritméticos hay que tirarlos a la papelera, sino que además un cierto número de planetas no tiene estrictamente ninguna "influencia" en ciertas cartas. Es también toda una concepción inadecuada de los "símbolos" que conviene cuestionar. Venus no es "el símbolo del amor". Un saturnino-mercurial por ejemplo, percibe el mundo exterior a través de una coloración saturnino-mercurial, y actuará según las incitaciones que le vendrán de esta dominante. Dicho de otro modo, vivirá sus relaciones sociales, y también sus relaciones amorosas, en tanto que saturnino-mercurial.
 

Los cuerpos físicos no significativos

     Son en primer lugar, los cuerpos físicos que están fuera de la eclíptica: estrellas fijas, constelaciones extra zodiacales y cometas. Estos cuerpos, en razón de su alejamiento del círculo eclíptico son poco utilizados en la astrología moderna, con excepción de Quirón, saludado por ciertos astrólogos como el 11° planeta desde su descubrimiento en 1977, y después incorporado al grupo de los asteroides antes de ser calificado como cometa por los astrónomos.

     Los cometas son cuerpos de hielo, con órbitas muy elípticas. Existirían más de mil millones. Su gran excentricidad los posiciona en su afelio, para la mayoría más allá de la órbita de Plutón. Se conoce su importancia en la primera astrología mesopotámica. Ciertas secciones de la Serie ENÛMA ANU ENLIL EA, como la 13a y última del tratado babilonio MUL.APIN [30]  en el que se inspira, contienen presagios astro-meteorológicos según los cometas y constelaciones estelares. Se sabe también de la importancia política de las predicciones que éstos nutren.[31]  Los adversarios de la astrología sacarán de ello una inagotable materia de crítica, como por ejemplo el astrónomo Pierre Petit [32]  y el filósofo Pierre Bayle que se inspira en él.[33]

     Una segunda subcategoría comprende los cuerpos físicos de ciclos no significativos: los satélites planetarios y una centena de estrellas fijas de fuerte magnitud.[34]  Estos cuerpos, aunque situados en la zona eclíptica no tienen movimiento individual significativo en relación con la Tierra: las estrellas permanecen como tributarias del ciclo diario y los satélites planetarios no se distinguen de su centro de revolución visto desde la Tierra. Estos cuerpos no están suficientemente discriminados: las estrellas fijas abrazan el ciclo precesional de una duración cien veces superior a la del ciclo de Plutón, y el ciclo de los satélites planetarios (de los que los 4 principales satélites de Júpiter fueron descubiertos por Galileo en 1610) se confunde, desde un punto de vista geocéntrico, con el de su foco orbital. No cabe, pues, tener en cuenta que incluso si aquí también los astrólogos del pasado [35]  utilizaban las estrellas en la predicción astro-meteorológica, puede ser que lo hicieran menos como operador influyente que como marco y referencia astronómica. El astrónomo Géminos de Rhodes lo subraya con fuerza: "Se supone generalmente que esta estrella (Sirius) posee una fuerza propia y causa los intensos calores concomitantes a su elevación helíaca. Ahora bien, las cosas no ocurren así. Solamente como esta estrella se levanta en el momento más abrasador del año, se ha tomado esta elevación como signo de una intensificación del calor."[36]

     Una tercera subcategoría comprende los pequeños objetos físicos: esencialmente los asteroides y los planetoides recientemente descubiertos. Los asteroides son cuerpos rocosos, densos, de dimensiones reducidas, cuya órbita se sitúa para la mayoría, entre las de Marte y Júpiter. Se trataría de un planeta que habría explosionado, o a la inversa, que no habría llegado a condensarse. Los cuatro primeros asteroides conocidos, bastante frecuentemente utilizados en astrología, fueron descubiertos entre 1801 y 1807.[37]  Un astrónomo amateur, el alemán K. Hencke descubre Astraea y después Hebe, cuarenta años más tarde. Podemos estimar que existen al menos tantos asteroides como patronímicos de uso en Francia, si bien que cada "familia" podría atribuirse uno. La cuestión a saber sobre si estos cuerpos, así como los minúsculos planetoides, deben ser aceptados como operadores astrológicos, se trata aquí más tarde.
 

4. Datos orbitales y físicos de los principales cuerpos del sistema solar

     Los datos orbitales y físicos que conciernen a los asteroides provienen de diferentes fuentes; las que conciernen a los planetas y sus principales satélites provienen de Calvin J. Hamilton (1997-1999).[38]

Nombre Rev. sid. Inclin. Excen. Rot. ecu.
SOL - - - 25-36
MERCURIO 87.969 7.004 0.2056 58.6462
VENUS 224.701 3.394 0.0068 -243.0187
TIERRA 365.256 0.000 0.0167 0.99727
LUNA 27.32166 5.1454 0.05 27.32166
MARTE 686.98 1.850 0.0934 1.025957
JÚPITER 4332.71 1.308 0.0483 0.41354
Io 1.769138 0.040 0.004 1.769138
Europa 3.551181 0.470 0.009 3.551181
Ganímedes 7.154553 0.195 0.002 7.154553
Calixto 16.68902 0.281 0.007 16.68902
SATURNO 10759.5 2.488 0.056 0.44401
Dione 2.736915 0.02 0.0022 2.736915
Rhea 4.517500 0.35 0.001 4.517500
Titan 15.94542 0.33 0.0292 15.94542
Japet 79.33018 14.72 0.0283 79.33018
URANO 30685 0.774 0.0461 -0.71833
Ariel 2.520379 0.31 0.0034 2.520379
Umbriel 4.144177 0.36 0.005 4.144177
Titania 8.705872 0.14 0.0022 8.705872
Oberon 13.46324 0.10 0.0008 13.46324
NEPTUNO 60190 1.774 0.0097 0.67125
Tritón -5.87685 157.35 0.000 -5.87685
PLUTÓN 90800 17.148 0.2482 -6.3872
Caronte 6.38725 98.80 0.000 6.38725

 
Numero
Nombre
 Año
Descubridor
Rev. sid.
Inclin.
1 Ceres 1801 G. Piazzi 1681 10.6
2 Palas 1802 H. Olbers 1684 34.8
3 Juno 1804 K. Harding 1594 13
4 Vesta 1807 H. Olbers 1325 7.1
2060 Quirón 1977 C. Kowal 18402 6.93
Nombre Magnit. Distancia Radio Masa
SOL -26.8 0 695000 1.989e+30
MERCURIO -1.9 57910 2439.7 3.303e+23
VENUS -4.4 108200 6051.8 4.869e+24
TIERRA - 149600 6378.14 5.976e+24
LUNA -12.74 384.4 1737.4 7.349e+22
MARTE -2.01 227940 3397.2 6.421e+23
JÚPITER -2.70 778330 71492 1.9e+27
Io 5.02 421.60 1815 8.94e+22
Europa 5.29 670.90 1569 4.8e+22
Ganímedes 4.61 1070 2631 1.48e+23
Calixto 5.65 1883 2403 1.08e+23
SATURNO 0.67 1429400 60268 5.688e+26
Dione 10.4 377.4 560 1.05e+21
Rhea 9.7 527.04 765 2.49e+21
Titan 8.28 1221.85 2575 1.35e+23
Japet 10.2-11.9 3561.3 730 1.88e+21
URANO 5.52 2870990 25559 8.686e+25
Ariel 14.16 191.24 578.9 1.27e+21
Umbriel 14.81 265.97 584.7 1.27e+21
Titania 13.73 435.84 788.9 3.49e+21
Oberon 13.94 582.60 761.4 3.03e+21
NEPTUNO 7.84 4504300 24746 1.024e+26
Tritón 13.47 354.80 1350 2.14e+22
PLUTÓN 15.12 5913520 1137 1.27e+22
Caronte 16.8 19.64 586 1.90e+21

 
Nombre
Excen.
Distancia
Periodo
Radio
Masa
Ceres 0.079 413900 4.60 466 1.17e21
Palas 0.235 414500 4.61 261 2.18e20
Juno 0.256 399400 4.36 123 ?
Vesta 0.088 353400 3.63 263 2.38e20
Quirón 0.38 2051900 50.38 85 ?

 

Leyenda :

Rev. sid. : Revolución sideral (en días)
Inclin. : Inclinación orbital sobre la eclíptica (en grados)
Excen. : Excentricidad de la órbita
Rot. ecu. : Período sideral de rotación ecuatorial (en días); negativo = rotación retrógrada
Magnit. : Magnitud visible (cuerpos en oposición a la tierra)
Distancia : Distancia al Sol o, para los satélites, al centro planetario (en millares de km)
Radio : Radio (en km)
Masa : Masa (en kg)
Numero : Orden de descubrimiento (para los asteroides)
Año : Año de descubrimiento (para los asteroides)
Período : Revolución sideral en años (para los asteroides)

     Los comentarios que aquí siguen relativos a las características físicas y orbitales de los planetas, tienen como cometido el mostrar algunas semejanzas que pueden ser hechas entre éstos y los significados astrológicos de estos planetas (en cursiva). No se trata más que de coincidencias, de "analogías", no de pruebas.

    Mercurio es el planeta más rápido (movilidad) y su período de rotación ecuatorial vale exactamente los dos tercios de su período de revolución sideral (estas propiedades son dadas a la proximidad al Sol).

     Venus es lento: la duración de su rotación ecuatorial es muy larga y se efectúa en el sentido inverso de su período de revolución sideral. El más brillante de los planetas puede aparecer como "estrella de la mañana" o como "estrella de la noche" (disociación).

     Marte tiene un período de rotación ecuatorial de 24h 37min (comparable a la de la tierra) y su inclinación ecuatorial sobre el plano de la órbita es de 25° 10' (comparable a la inclinación terrestre, de 23° 27'): lo que hace de Marte el planeta más parecido a la Tierra (sobre todo las estaciones de Marte son similares a las estaciones terrestres). Su desplazamiento aparente es muy irregular: lento, después rápido (dinamismo).

    Júpiter es el planeta más macizo: alrededor de 2.5 veces la masa de todos los demás planetas (simplificación).

    Saturno tiene el sistema de satélites más rico y diversificado (complicación).

    Urano tiene su plano de rotación ecuatorial casi perpendicular a su plano de revolución sideral (verticalidad).

    Neptuno tiene su órbita que viene a cruzar la de Plutón (asociación), o a la inversa, si bien está más alejado del Sol que Plutón cuando éste último está en su perihelio.

    Plutón es un planeta con propiedades muy particulares (sobre-diferenciación) por su magnitud, su masa y las propiedades de su órbita.
 

5. ¿Qué es un operador astrológico? : El estatus de Plutón

     ¿Qué hace que un cuerpo celeste pueda convertirse en un operador astrológico? ¿Existen criterios, razones, o pretiles -y de qué naturaleza, lógica, astronómica o "astrológica"- que permitan distinguir los operadores efectivamente activos? El reciente descubrimiento (a partir de 1992) de una multitud de planetoides trans-neptunianos cuestiona el estatus mismo de Plutón como planeta, y el debate está actualmente abierto entre los astrónomos.[39]  La cuestión astrológica se pone en estos términos: ¿qué es un "planeta" en astrología, o más exactamente qué es un operador planetario?

     En 1992, David Jewitt y Jane Luu descubren más allá de Plutón un planetoide, QB1 (o Smiley), con un radio aproximado de 100 km. A principios del año 1999 se conocían ya 82 de estos objetos, además de Plutón y su satélite Caronte descubierto en 1978 por Jim Christy. Todos los objetos trans-neptunianos (TNO), llamados planetoides o planetesimales, tienen un período sideral comparable al de Plutón. Pero Plutón es el único TNO conocido que posee un satélite; es casi 100 veces más macizo que los otros planetoides conocidos (a excepción de Caronte), y la masa global de Plutón y de Caronte representarían más del 50% de la masa total de los planetoides. Plutón está, además, dotado de una capa atmosférica (aparentemente compuesta de nitrógeno, de monóxido de carbono y de metano), como Titán y Tritón, los principales satélites respectivamente de Saturno y de Neptuno.

    Han sido sostenidos ciertos argumentos a fin de privar a Plutón de su estatus de planeta y de redefinirlo como el primer planetoide (seguidos de sus contra-argumentos).

* Todos los planetas exteriores del sistema solar son gaseosos y de gran dimensión, a excepción de Plutón, pequeño y telúrico.

* Plutón es más de 2 veces más pequeño que el más pequeño de los planetas, Mercurio.
( Pero el radio de Plutón es también más de dos veces más grande que el de Ceres, el principal asteroide.)

* La masa de Plutón vale aproximadamente 1/5 de la de la Luna.
( Pero vale más de diez veces que la de Ceres, cuya masa vale alrededor de un cuarto de la masa total de los otros asteroides.)

* Plutón es más pequeño y más ligero que siete de los satélites del sistema solar: la Luna Io, Europa, Ganímedes, Calixto, Titán y Tritón.
( Pero Mercurio es, él mismo, más pequeño que Ganímedes y Titán, y la Luna es más pequeña y más ligera que Io, Ganímedes, Calixto y Titán.)

* La órbita de Plutón es mucho más inclinada en relación con la eclíptica que las de los demás planetas, y también es la más excéntrica.
( El estatus de Plutón es comparable al de Mercurio teniendo en cuenta esta correlación, lo que no es sorprendente ya que estos planetas son, de alguna manera, los planetas extremos del sistema solar.)

* La órbita de Plutón es la única que cruza la de otro planeta.
( Ciertos astrónomos, y también el joven Kant, ven precisamente en esto el criterio que permite definir al último planeta del sistema solar.) [40]

* El satélite de Plutón, Caronte, es el más grande en comparación con su planeta (diámetro de la Luna = 27% del diámetro de la Tierra; diámetro de Caronte = 52% del diámetro de Plutón) y también el más pesado (masa de la Luna = 1.23% de la masa de la Tierra; masa de Caronte = 15% de la masa de Plutón).
( Lo que incita a considerar a Plutón-Caronte como un planeta doble. En efecto, Plutón es el único planeta que tiene un satélite cuya revolución periódica es perfectamente sincrónica a la suya: de ello se deduce que sus posiciones, relativamente la una de la otra, son siempre las mismas. Se han propuesto varias hipótesis en cuanto al origen de Plutón: sería o bien un cuerpo residual alejado de un planeta situado entre Marte y Júpiter (el cual habría explosionado y dado nacimiento también a los asteroides), o bien un cuerpo captado por el campo de atracción del sistema solar, o bien un antiguo satélite de Neptuno que habría desviado su trayectoria.)

     ¿Plutón es un planeta? ¿Es tan sorprendente que el planeta definido como extraño, refractario y sobre-diferenciado por los astrólogos, sea precisamente ese cuyo estatus es cuestionado por los astrónomos? Lo que no es molesto para los practicantes laxistas de la astrología, lo es más, sin embargo, para aquellos que buscan una confluencia armoniosa de los diferentes ritmos planetarios en su integración con la materia viva. Yo propongo tres criterios que permiten diferenciar un planeta de otro cuerpo de un sistema estelar:

* No el tamaño del cuerpo al que supere o no un cierto umbral arbitrario, sino la relación de tamaño de ese cuerpo con el del que le sigue y con el del que le sucede. Así, el cociente del radio R del último planeta por el del primer no-planeta (asteroide) debe ser superior o comparable al cociente del radio del penúltimo planeta por el del último: R Plutón / R Ceres > R Mercurio / R Plutón (la relación Ceres / Vesta no verifica esta fórmula). Se obtiene el mismo resultado para la relación de las masas, tomando la Luna en lugar de Mercurio.

* Los datos relativos a la órbita planetaria.

La inclinación orbital del planeta sobre la eclíptica no debe superar un cierto ángulo. Se puede elegir un ángulo de inclinación del plano ecuatorial terrestre sobre el plano de la eclíptica, o sea 23° 30. Este criterio descalifica al asteroide Palas. La excentricidad de la órbita no debe superar una cierta relación. Bajo este ángulo, Plutón y Mercurio son comparables, pero "el asteroide" Quirón, reclasificado como cometa, admite una excentricidad demasiado importante. A estos datos se añade el argumento de Kant, que estima lógico definir al último planeta del sistema solar como aquel cuya órbita cruza la órbita del penúltimo. Lo que es el caso de Plutón en relación con Neptuno.

* Su aspecto (esférico) y sobretodo su entorno (presencia de atmósfera y eventualmente presencia de satélite, lo que no es el caso de Mercurio y de Venus). Este factor por sí solo permite hacer de Plutón un planeta, desde luego, muy diferente de los otros.
 

6. Armonías del sistema solar: el Gran Año

     Me entregué a la siguiente diversión aritmética: buscar el período del "Gran Año" tomando para las revoluciones siderales planetarias, números enteros cercanos teniendo el máximo posible de divisores en común. La unidad tenida en cuenta es el día sideral. Siendo la revolución sideral de la Luna de 27.32166 días, el número entero más cercano es de 27 días (= 3 x 3 x 3), o sea, una aproximación de 1.18% aceptada como límite "natural". No sé si existe una solución mejor.

Planetas
R.S. 1 R.S. 2 error
LUNA
27.32166 27 1.18% - - - - - - 3 3 3 - - - - -
MERCURIO
87.969 88 0.04% 2 2 2 - - - - - - - - 11 - -
VENUS
224.701 225 0.13% - - - - - - 3 3 - 5 5 - - -
TIERRA
365.256 361 1.17% - - - - - - - - - - - - 19 19
MARTE
686.98 684 0.43% 2 2 - - - - 3 3 - - - - - 19
CERES
1681 1672 0.54% 2 2 2 - - - - - - - - 11 - 19
JÚPITER
4332.71 4332 0.02% 2 2 - - - - 3 - - - - - 19 19
SATURNO
10759.5 10800 0.38% 2 2 2 2 - - 3 3 3 5 5 - - -
URANO
30685 30400 0.93% 2 2 2 2 2 2 - - - 5 5 - - 19
NEPTUNO
60190 60192 0.003% 2 2 2 2 2 - 3 3 - - - 11 - 19
PLUTÓN
90800 91200 0.44% 2 2 2 2 2 2 3 - - 5 5 - - 19

     La aproximación media es de 0.48%. Las aproximaciones que conciernen a la Tierra y a la Luna son comparables. Recordemos que en el weiqi chino (juego de Go), una parte ideal se desarrolla sobre un escenario con 361 intersecciones, representando cada una un día del año.[41]

     Los planetas pueden ser reunidos en 2 grupos según sus divisores comunes: de un lado la Luna, Venus, Saturno, Urano y Plutón, del otro Mercurio, Ceres (asteroide), Marte, Neptuno, la Tierra (el Sol) y Júpiter. El más pequeño común múltiple vale 171 647 200 (días) que, dividido por la duración del ciclo terrestre, da 469 663 años. La duración de este "Gran Año" es comparable a la del kali yuga hindú (432 000 años); vale casi exactamente 189 veces el Gran Año (2484 años) de Aristarco de Samos.[42]  Bien entendida, las duraciones de las revoluciones planetarias siendo inconmensurables entre ellas, como lo subrayó Nicolás de Oresme [43] , esta búsqueda "pitagórica" no puede tener como objeto más que poner en evidencia que hay ciertas armonías entre los ciclos planetarios.

     Son posibles otros análisis con una mejor aproximación, sobretodo para Marte, Saturno y Urano, pero hacen aparecer múltiplos altos de los números 7 y 2. Se pueden también deducir los análisis siguientes, bien en razón de una mejor aproximación (caso de la Tierra, de Ceres y de Urano), bien para obtener la cifra 19 (caso de Venus y de Saturno):

Planetas
R.S. 1 R.S. 2 error
VENUS
224.701 228 1.46% 2 2 - - - - 3 - - - - - - - 19
TIERRA
365.256 364 0.34% 2 2 - - - - - - - - - 7 - 13 -
CERES
1681 1680 0.06% 2 2 2 2 - - 3 - - 5 - 7 - - -
SATURNO
10759.5 10640 1.11% 2 2 2 2 - - - - - 5 - 7 - - 19
URANO
30685 30800 0.37% 2 2 2 2 - - - - - 5 5 7 11 - -



7. Armonía de las revoluciones siderales: Unidad del sistema solar

     La famosa "ley" de Titius-Bode, que ilustra la progresión regular de las distancias medias de los planetas al Sol, descubierta en 1766 por el físico alemán Johann Titius (1729-1796) y reformulada por Johann Bode, conoció un éxito inmediato ya que fue "verificada" desde 1781 con el descubrimiento de Urano, y el 1 de enero de 1801 con el de Ceres, el asteroide más grande, por Giuseppe Piazzi. Pero Neptuno y Plutón no se ajustan a ella.

    Robin Heath (in "An astrological cinderella", Astrological Journal, 40.6, 1998, p.35) menciona un resultado de Alex Geddes, a saber, que los productos de las distancias al Sol para los planetas situados de una parte y de otra del cinturón asteroidal, verifican las siguientes relaciones (donde k = 1.2): Venus x Urano = k (Mercurio x Neptuno) = k2 (Tierra x Saturno) = k3 (Marte x Júpiter) (aproximación media de 0.98%).

    Numerosas son las investigaciones que han sido efectuadas sobre las revoluciones siderales planetarias (R.S.): a continuación, algunas relaciones muy conocidas, pero con una aproximación insuficiente:

a1 : 1 R.S. de Marte = 3 R.S. de Venus (aproximación 1.87%)
a2 : 1 R.S. de Júpiter = 12 R.S. de la Tierra (aproximación 1.16%)
a3 : 1 R.S. de Urano = 7 R.S. de Júpiter (aproximación 1.16%)
a4 : 2 R.S. de Saturno = 5 R.S. de Júpiter (aproximación 0.67%)
a5 : 4 R.S. de Mercurio = 13 R.S. de la Luna (aproximación 0.94%) pero cf. infra.
a6 : 8 R.S. de Venus = 5 R.S. de la Tierra (aproximación 1.57%) pero cf. infra.

    Las que siguen tienen una aproximación mejor pero los números que definen las relaciones no son significativos (Ceres es tomada como representante del grupo de los asteroides) :

b1 : 1 R.S. de Saturno = 48 R.S. de Venus (aproximación 0.24%)
b2 : 3 R.S. de Urano = 55 R.S. de Ceres (aproximación 0.04%)
b3 : 7 R.S. de Júpiter = 18 R.S. de Ceres (aproximación 0.23%)
b4 : 17 R.S. de Marte = 32 R.S. de la Tierra (aproximación 0.08%)

     Las siguientes son más sólidas ya que armonizan los tres trans-saturninos. Ponen en evidencia una resonancia numérica simple (1, 2, 3) para los tres planetas más alejados:

c1 : 1 R.S. de Neptuno = 2 R.S. de Urano (aproximación 1.96%)
c2 : 1 R.S. de Plutón = 3 R.S. de Urano (aproximación 1.38%)
c3 : 2 R.S. de Plutón = 3 R.S. de Neptuno (aproximación 0.57%)
c4 : de donde 1 R.S. de Neptuno + 1 R.S. de Urano = 1 R.S. de Plutón (aproximación 0.08%)

Nota: En lo que concierne a la eventual presciencia de los planetas transplutonianos por Michel de Nostredame, cf. mi artículo: '¿Nostradamus conocía los planetas transaturninos?' (http://cura.free.fr/10nostra.html).

El profesor Gerhard Krüger mostró en "Kosmische Signale der technischen Revolution", aparecido en el Kosmobiologisches Jahrbuch de Ebertin (número 39, Aalen, 1968, p. 76-69), que se podían representar los períodos de las revoluciones siderales de los tres planetas lentos con la ayuda de cubos perfectamente dispuestos en forma piramidal, representando cada cubo un año. En efecto, Urano (84 años) = 1 x 1 + 3 x 3 + 5 x 5 + 7 x 7; Neptuno (165 años) = 1 x 1 + 3 x 3 + 5 x 5 + 7 x 7 + 9 x 9, y Plutón (249 años) = 1 x 1 + 3 x 3 + 5 x 5 + 7 x 7 + 9 x 9 + 7 x 7 + 5 x 5 + 3 x 3 + 1 x 1. Estas relaciones notables "explicarían" la armonización solamente aproximativa de los tres planetas (siendo los valores ideales de las R.S. uraniana y neptuniana de 83 (= 249 / 3) años y de 166 (= 83 x 2) años), simbolizan el cierre del sistema solar con Plutón, y prolongan la figuración espacial de las órbitas planetarias elaborada por Kepler en su Mysterium cosmographicum (1596).

La pirámide uraniana de base 7
  La pirámide neptuniana de base 9
  La doble pirámide plutoniana

     He encontrado las siguientes relaciones, de las que la segunda tiene una buena aproximación. Éstas ponen en evidencia, en una relación 1/10, tres pares planetarios: el primero constituido por los 2 planetas gigantes, el segundo por los 2 "planetas" más parecidos a la Tierra, el último, Plutón - Tierra (o Plutón - Sol), los 2 "planetas" extremos por su tamaño, y también porque éstos marcan los límites del sistema solar.

d1 : relación de las R.S. Saturno - Júpiter = 10 veces la relación de las R.S. Marte - Luna (aproximación 1.25%)
d2 : relación de las R.S. Saturno - Júpiter = 100 veces la relación de las R.S. Plutón - Tierra (aproximación 0.11%)

     Otras relaciones evidenciadas por Thomas Schmidt, aíslan un grupo de 4 planetas bajo la dependencia del número Pi: Marte, Júpiter, Saturno y la Luna.[44]

e1 : relación de las R.S. Júpiter - Marte = 2 Pi (aproximación 0.38%)
e2 : relación de las R.S. Saturno - Marte = 5 Pi (aproximación 0.29%)
e3 : relación de las R.S. Marte - Luna = 8 Pi (aproximación 0.05%)
e4 : 1 R.S. de Mercurio = 28 Pi (aproximación 0.005%)

    Otras aún más aproximativas, reagrupan los planetas restantes, con Marte y la Luna también, bajo la dependencia del número de oro Phi (= 1.618034).

f1 : relación de las R.S. Tierra - Venus = Phi (aproximación 0.46%)
f2 : relación de las R.S. Mercurio - Luna = 2 Phi (aproximación 0.5%)
f3 : relación de las R.S. Venus - Luna = 5 Phi (aproximación 1.66%)
f4 : relación de las R.S. Marte - Mercurio = 3 Phi 2 (aproximación 0.19%)
f5 : 1 R.S. de Urano = 1000 x 19 Phi (aproximación 0.19%)

     Conviene observar que en las series c, e y f, las ecuaciones ponen en juego los números de Fibonacci (2, 3, 5 y 8), ligados al número de oro. Para resumir, se puede reunir los planetas en tres grupos: los planetas lentos (Urano, Neptuno y Plutón) en resonancia aritmética simple; los planetas centrales (Saturno, Júpiter, Marte y la Luna) en resonancia con el número Pi, y los planetas rápidos (Mercurio, la Tierra (el Sol) y Venus), a los cuales se añaden Marte y la Luna, en resonancia con el número Phi.

     Se han emprendido otros trabajos sobre las armonías planetarias por diferentes autores.[45]  En Francia, las investigaciones de Francis Warrain sobre las velocidades angulares de los planetas proponen ampliar la concepción armónica de Kepler, aún limitada en 1619 a los astros del Septenario: "Hemos visto que la introducción de los planetas desconocidos de KEPLER: Urano, Neptuno, Plutón y los Asteroides realizaba, por un lado, realizaba una gama cromática completa, por otro, un Tercio pitagórico enarmónico." [46]  Los trabajos de Jean-Pierre Nicola [47] , a la búsqueda de un nuevo orden helio-planetario, se inspiran en los de Warrain: diversas transformaciones numéricas, a veces muy alambicadas [48] , a partir de los datos astrométricos relativos a los planetas (velocidades lineales, distancias medias al Sol, gravedades medias en la superficie y en el ecuador...) permiten cernir una armonía de conjunto, y ponen en evidencia por un lado, un eje de simetría Luna-Marte que permite emparejamientos entre planetas, Sol-Plutón, Venus-Neptuno, Mercurio-Urano y Júpiter-Saturno [49]  y por otro lado, un reparto de los planetas en 3 grupos, SOL-VENUS-MERCURIO, JÚPITER-MARTE-SATURNO, URANO-NEPTUNO-PLUTÓN [50] , que parecen cerrar el sistema y prohibir la introducción de eventuales planetas transplutonianos.


[1]  in Ennéades, IV 4.32, tr. fr. Émile Bréhier, Paris, Belles Lettres 1927; 1964, p.137 « Texto

[2]  Ibid., p.137. « Texto

[3]  Henri Bergson, L'évolution créatrice, in Oeuvres, Paris, P.U.F., 1959; 1970, p.503. « Texto

[4]  Cf. por ejemplo Giovanni Pontano (1475), Antoine Mizauld (1550), Giovanni Paolo Galluci (1593), John Blagrave (1596), Rudolph Göckel (1602 & 1608), Redemptus Baranzanus (1617), Nicolas de Bourdin (1640), Vincent Wing (1649), Eustache Lenoble (1694), John Hill (1754)... « Texto

[5]  Cf. Paul Schlyter, "Hypothetical Planets", http://www.seds.org/billa/tnp/hypo.html. « Texto

[6]  Cf. Paul Schlyter, Ibid. « Texto

[7]  F. Vassart, Astronomie. Douze planètes, Cambrai, 1881. « Texto

[8]  B.M. Lyon, ms 5843-2A. El texto del manuscrito ha sido reproducido por Robert Amadou en Le Ciel Étoilé, 6/7, Bruselas, 1987, p.8-18.« Texto

[9]  Citado por Robert Amadou, "Pour l'astrologie", in L'Autre Monde 54, 1981, p.55. « Texto

[10]  in Manuel d'astrologie sphérique et judiciaire, Paris, Vigot, 1897, p.316 « Texto

[11]  in Astrology, its technics and ethics, Amersfoort (Holl), 1917 « Texto

[12]  in The science of foreknowledge, 1898; London, Foulsham, 1918. « Texto

[ ] 13 Cf. Alfred Witte, Regelwerk für Planetenbilder, Hamburg, 1928; 5° ed. rev., Hamburg, 1959. « Texto

[14]  Cf. Udo Rudolph, The Hamburg school of astrology (lecture of 1973), tr. ingl., London, Astrological Association, 1973 « Texto

[15]  in The wheel of life, vol. 3, London, Fowler, 1930, y vol. 4, Edinburgh, [1935?]. « Texto

[16]  in La lyre d'Apollon, Paris, Véga, 1931 (Ref. Jacques Halbronn, Bibliotheca Astrologica) « Texto

[17]  Cf. Léon Lasson, A la recherche des planètes transplutoniennes, Neuilly-sur-Marne, Claude Depaire, 1955. « Texto

[18]  Ref. Geoffrey Dean, Recent advances in natal astrology, Subiaco (Australie), Analogic, 1977, p.242. « Texto

[19]  Rudhyar los utiliza en 1936: cf. por ejemplo Dane Rudhyar, L'astrologie de la personnalité, New York, Lucis Press, 1936; versión fr., Paris, Librairie de Médicis, 1984, p.237 « Texto

[20]  Cf. Theodor Landscheidt, Cosmic cybernetics (The foundations of a modern astrology), Aalen, Ebertin V., 1973, y Charles Harvey, "The Galactic Centre & beyond: signposts to evolution?" in Astrological Journal 25.2, 1983 « Texto

[21]  Según Robert Schmidt & Robert Hand, Companion to the Greek track, Berkeley Springs, The Golden Hind Press, 1994, p.38. Cf. también Otto Neugebauer & Henry Van Hoesen, Greek horoscopes, Philadelphia, American Philosophical Society, 1959, p.8-9. « Texto

[22]  Según Robert Schmidt & Robert Hand, Ibid., p.38 « Texto

[23]  Según Robert Schmidt & Robert Hand, Ibid., p.39 « Texto

[24]  Cf. su Tafhîm, 1029; The book of instruction in the elements of the art of astrology, éd-tr. R.R.Wright, London, Luzac, 1934, p.282 « Texto

[25]  Bajo la forma A + B - C, y limitándose a las posiciones zodiacales de 10 planetas, del ASC y del MC, existen más de 1500. « Texto

[26]  Mi propio Parte de C.U.R.A. está conjunta a mi Sol natal, con un orbe inferior a 2°, lo que revela un bastante buen dominio de mi proyecto. « Texto

[27]  in Kombination der Gestirneinflüsse (1940; 1973); tr. fr. (Combinaison des influences astrales), Monaco, Le Rocher, 1983 « Texto

[28]  El punto medio Luna / Saturno a 135° del NN (nodo lunar norte) es considerado por el astrólogo Michael Harding ¡como una configuración significante! (in Hymns to the ancient gods, London, Arkana / Penguin, 1992, p.344) « Texto

[29]  Geoffrey Dean, Recent advances in natal astrology, Subiaco (Australie), Analogic, 1977, p.34 « Texto

[30]  Cf. Hermann Hunger / David Pingree, Mul.Apin. An astronomical compendium in cuneiform, Horn (Autriche), Archiv für Orientforschung, Beiheft 24, 1989 « Texto

[31]  Cf. Lynn Thorndike, Latin treatises on comets (between 1238 and 1368 AD), University of Chicago Press, 1950, o también Jacques Halbronn, "Les variations d'impact des "comètes" en France. Étude bibliographique (fin XVè - fin XVIIIè siècles)", in La comète de Halley et l'influence sociale et politique des astres [Actes du Colloque de 1986], Bayeux, 1991. « Texto

[32]  En su Dissertation sur la nature des comètes, Paris, Thomas Jolly, 1665 « Texto

[33]  En sus célebres Pensées diverses sur la comète, Rotterdam, 1682; ed. A. Prat, Paris, Nizet, 1984, 2 vol. « Texto

[34]  La obra de referencia sobre el tema es el de Vivian Robson : Les étoiles fixes et les constellations en astrologie, 1923; 1984; tr. fr., Puiseaux (45), Pardès, 1991 « Texto

[35]  Ptolomeo y el astrólogo anónimo 379 por ejemplo : Cf. Ptolemy, The phases of the fixed stars, y The treatise on the bright fixed stars, Berkeley Springs, The Golden Hind Press, 1993 & 1993 « Texto

[36]  in Introduction aux phénomènes, XVII 26, ed-tr. Germaine Aujac, Paris, Belles Lettres, 1975, p.88 « Texto

[37]  A notar que existe una decena de asteroides más macizos que Juno « Texto

[38]  Páginas data1.htm y data2.htm en la dirección: http://planetscapes.com/solar/eng/ « Texto

[39]  El International Astronomical Union prevee reclasificar a Plutón como objeto trans-neptuniano « Texto

[40]  "Se podría, si se quiere, llamar último planeta o primer cometa al astro auya excentricidad fuese tan grande que cortase en su perihelio la órbita del planeta más cercano, seguramente pues, la de Saturno." (Emmanuel Kant, Histoire générale de la nature et théorie du ciel, 1755; tr. fr., Paris, Vrin, 1984, p.98). « Texto

[41]  Cf. La novela de Yasunari Kawabata, Le Maître ou le tournoi de Go, tr. fr. S. Regnault-Gatier, Paris, Albin Michel, 1975 « Texto

[42]  Cf. Censorinus, Le jour natal, 18.11, tr. fr. Guillaume Rocca-Serra, Paris, Vrin, 1980, p.29. « Texto

[43]  Cf. "Nicole Oresme : Un regard lucide sur l'astrologie", http://cura.free.fr/docum/03oresme.html « Texto

[44]  in Musik und Kosmos als Schöpfungswunder, Frankfurt, 1974. Cf. Ronald Harvey, "The harmony of the spheres" in Astrological Journal 17.2, 1975. (Thomas Schmidt igualmente ha puesto en evidencia las relaciones significativas poniendo en juego el número de oro, Phi, y las revoluciones sinódicas planetarias. « Texto

[45]  Cf. Geoffrey Dean, Recent advances in natal astrology, Subiaco (Australia), Analogic, 1977, p.222-223, y en internet, la web de John Harris, Spira solaris, http://www3.bc.sympatico.ca/JNHDA/index.htm « Texto

[46]  in Essai sur l'Harmonices Mundi ou Musique du monde de Johann Kepler, Paris, Hermann, 1942, vol.2, p.136 « Texto

[47]  Nombres et formes du cosmos, Paris, ed. Traditionnelles, 1971, y Éléments de cosmogonie astrologique, St-Denis-sur-Huisne, C.O.M.A.C., 1992 « Texto

[48]  Cf. Geoffrey Dean, Recent advances in natal astrology, Subiaco (Australie), Analogic, 1977, p.223 « Texto

[49]  Éléments de cosmogonie astrologique, op. cit., figura 18, p.140 « Texto

[50]  Ibid., p.145 « Texto



Referencia de la página:
Patrice Guinard: El sistema solar (¿Qué es un planeta en astrología?)
(version 1.3 : 11.2004)
http://cura.free.fr/esp/12sissol.html
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